La pierna derecha de Édgar Pombo García es conocida de ahora en adelante como "el rincón de los fallecidos". En esa extremidad, el hincha perteneciente al Frente Rojiblanco Sur perpetúa a quienes han influenciado su vida, como es el caso del narrador deportivo, político y presentador Édgar Perea Arias, quien se convierte en su tatuaje número 27.

A las imágenes de varios familiares y la del legendario cantante puertorriqueño Héctor Lavoe se suma la figura de Édgar José Perea Arias. La imagen de casi 20 centímetros de largo y 16 de ancho ocupa gran parte de la espinilla de Edgar, quien precisamente lleva ese nombre en honor al ‘Campeón’ de la radio colombiana.

“En mi casa todos somos fanáticos de Édgar Perea y del Junior de Barranquilla. Ese hombre narraba de forma única los partidos”, recordó el joven. 

La idea de hacerse el tatuaje de Perea nació “de arranque”, como él dijo, y como una forma de mantener vivo al hombre que siempre quería que todos fueran felices.

“Manuel (Quiroz) me dijo que quería tatuar a Perea y yo me ofrecí como lienzo. Para mí esto es un honor y cualquier dolor lo vale. Me tatué la emoción del ‘campeón’ para recordarlo toda la vida”, destacó.

La idea del hombre nació apenas se conoció la muerte del 'Campeón' y la escogencia de la foto fue lo más complicado.

“Nos decidimos por esta imagen porque se plasma tal cual lo que él era. Si te fijas bien se ve su seriedad y la pasión por su trabajo y por el Junior de Barranquilla. Como tú dices, son cientos de imágenes que se podían utilizar, pero esta es tremenda”, agregó mirando la foto en la que aparece ‘el Campeón’ con un traje negro y gafas.

Édgar no necesita pensar mucho al momento de elegir qué hecho de la vida de su tocayo lo marcó más. Paradójicamente, el que más ama sucedió cinco años antes de que él naciera, el 19 de diciembre de 1993 cuando Junior le ganó al América del Cali 3 goles por 2 en el Estadio Metropolitano con una anotación del mediocampista Oswaldo ‘el Nene’ Mackenzie. La magia del Internet se lo permite.

“No me canso de mirar la jugada magistral que le hizo el Pibe Valderrama a ‘el Nene’ para que pudiera anotar el gol en el último minuto. Después Édgar lo narró con tanta alegría que todo fue fiesta”, reiteró.

Ahora, el barranquillero espera el momento de lucir con orgullo su homenaje a uno de los locutores más reconocidos de Colombia.

La responsabilidad de tatuar a “un maestro”

Quince años de experiencia en el arte del tatuado le han dado las facultades a Manuel Quiroz para ser uno de los mejores exponentes de esa manifestación. Un total de 20 premios, entre ellos uno en la pasada versión de Bucarest (convención sobre tatuajes e innovación), han cotizado el trabajo del joven nacido en Bosconia, Cesar pero barranquillero de corazón y quien actualmente trabaja en ‘Loko Studio Tatto’, bajo la dirección y coordinación del artista Joan Angulo.

Su especialización es el Realismo en Color y eso fue lo que hizo en la pierna de Édgar, un tatuaje lo más real posible con un proceso de realización de siete horas.

“Se manejan saturados sobre la piel y utilizamos aproximadamente unos 24 colores para el tatuaje debido a varias contaminaciones de luces que tiene la imagen”, comentó.

De 1 a 10, el nivel de complejidad del trabajo es bastante alto “ya que es un retrato o fotografía por lo que sería un 9 o 10 de complejidad”, agregó el artista del tatuaje.

Lo más complicado de esta técnica es lograr la expresión del ser humano sin tener que borrar. El reto del tatuaje está en los ojos, las arrugas de Perea, las líneas de expresión y lograr el reflejo de las gafas.

“Primero, uno se apoya sobre una plantilla con una especie de papel carbón y un gel revelador. Después se comienza a tatuar la imagen y todo depende de la experiencia y técnica”, reveló Quiroz.

La piel del joven es “muy buena para la inyección del color, pero la claridad de la piel dificulta un poco que los colores se vean con mayor intensidad”, destacó el tatuado.

Según el experto, dependiendo de cómo trate la persona su tatuaje, así necesitará un retoque. 

“El proceso de cicatrización es muy importante para que el tatuaje sea duradero. Si tú lo cuidas, le mantienes con cremas, guardas reposo y lo pechichas pueden pasar hasta 10 años antes de que se necesite un retoque”, resaltó el tatuador.